Desde siempre, Antimatter ha sido sinónimo de música reflexiva y melancólica, mejor definida por la carismática voz de Moss y su trasfondo emocional que por cualquier encasillamiento estilístico o ataduras mentales. Un hito importante en la fundación de Antimatter fue la salida de Duncan Patterson de su antigua banda, Anathema, cuyos álbumes "Eternity" y "Alternative 4" se basaron en gran medida en su aportación compositiva. Conocer a Mick Moss resultó ser un golpe de suerte que moldearía la singular música de Antimatter. El camino del dúo los llevó desde los elementos de trip-hop, la música lounge y las tranquilas partes de guitarra de "Saviour" y "Lights Out" hasta el depresivo álbum unplugged "Planetary Confinement". Incluso cuando Mick Moss se vio obligado a continuar con Antimatter como proyecto en solitario tras la salida de Patterson en 2006, logró mantener el sonido característico de Antimatter e incluso introducir componentes de rock oscuro en "Leaving Eden".