Con su tercer álbum, "One Way Trip", la banda de hard rock psicodélico de Boston, Massachusetts, WORSHIPPER, ha perfeccionado su gran equilibrio entre el hard rock clásico y el heavy metal de la vieja escuela, que se eleva con una buena dosis de psicodelia. El rock y el metal se centran en los ganchos y riffs, y el cuarteto estadounidense ofrece estas delicias pegadizas en porciones generosas. En cuanto a las letras, WORSHIPPER ofrece una visión caleidoscópica de la condición humana a través de una lente psicodélica. El orden de los temas está influenciado por el thriller de terror psicológico "Jacob's Ladder", en el que un veterano de Vietnam se ve acosado por flashbacks y visiones monstruosas que le dan un concepto circular y vago a todo el álbum. Cuando se fundó WORSHIPPER en 2014, el cantante y guitarrista John Brookhouse, el baterista Dave Jarvis, el bajista y corista Bob Maloney, y el guitarrista Alejandro Necochea tenían claro que su nueva banda debía destacar, dada la alta concentración de talentosos músicos locales con ideas afines. Con la misión de aportar algo emocionante y fresco, la formación original, aún intacta, ha creado un material impecable, potente y contundente, con un enfoque enfático en canciones auténticas con melodías pegadizas, armonías vocales inquietantes y una doble guitarra heroica desde sus inicios. El talento de WORSHIPPER para la composición épica y pegadiza no pasó desapercibido, y pronto un contrato discográfico consolidó a la banda a nivel mundial con los álbumes "Shadow Hymns" (2016) y "Light in the Wire" (2019), que recibieron elogios mundiales. Con "One Way Trip", WORSHIPPER no solo cumple con las altas expectativas que tenía su tercer álbum, sino que los estadounidenses obviamente disfrutan haciendo exactamente lo que mejor saben hacer: escribir grandes canciones para un álbum que solo tiene canciones asesinas y nada de relleno.